La auto-disciplina es necesaria para lograr el autocontrol y la madurez emocional. Nos permite gestionar nuestras reacciones impulsivas y tomar decisiones conscientes que nos beneficien a largo plazo. Sin autodisciplina, es fácil caer en la trampa de actuar precipitadamente ante estímulos externos, lo que puede llevar a conflictos y arrepentimientos.
Somos animales sociales, y con esta naturaleza, es prácticamente imposible que no tengamos diferencias con otras personas. A veces expresamos estas diferencias verbalmente, otras con un gesto, y hay veces que tratamos de no decir nada, pero algo pasa en la energía del momento que finalmente termina por comunicarse.
Y es que cuando expresamos nuestra inconformidad, no solo estamos reforzando nuestra herida al darle esa importancia, sino que también estamos afectando negativamente a la otra persona.
Uno de lo mayores retos que existen tiene que ver con desarrollar la capacidad de no reaccionar a los impulsos reactivos que nacen dentro de nosotros cuando una persona nos dice algo que nos molesta.
No estoy diciendo que uno no pueda expresar su inconformidad, es importante que podamos expresarnos cuando sea necesario. Me refiero mas bien, a que hay veces donde no suma ningún valor expresar nuestro descontento, y es preferible alquimizar esa energía negativa y dejarla ir.
El camino es largo, pero aprender a soltar los impulsos reactivos es la clave para mejorar tu salud emocional contigo y con tu entorno.
Paso 1: Identifica el Impulso que Te Hace Reaccionar
El primer paso es ser consciente de los impulsos que nos hacen reaccionar. Estos impulsos pueden ser emociones intensas como la ira, la frustración o el miedo. Por ejemplo, cuando alguien nos dice algo que consideramos ofensivo, el impulso natural puede ser responder con enojo. En mi caso, mis padres tienen una habilidad especial para tocar esos botones que me hacen saltar. Una vez que identificas un impulso reactivo y no lo expresas hacia fuera, comienza el trabajo.
Paso 2: Respira y Haz una Pausa para Observar las Reacciones Internas
El siguiente paso es respirar y hacer una pausa. Observa cómo tu cuerpo reacciona: ¿Sientes tensión en alguna parte? ¿Tu corazón late más rápido? Ser consciente de estas reacciones te da la oportunidad de manejar la situación de manera más consciente. La respiración profunda te ayuda a calmar el sistema nervioso y te brinda el espacio necesario para apretar el botón de pausa antes de reaccionar impulsivamente.
Paso 3: Déjalo Ir y Sonríe
Si has sido capaz de no reaccionar, es un gran paso hacia liberarte del sufrimiento, pero todavía falta la parte más difícil. Si no expresaste tu desacuerdo hacia fuera, estos son los tres caminos posibles a los que nos enfrentamos justo después:
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Reprimir la emoción: Conseguiste no reaccionar, pero la energía negativa regresó hacia dentro. Reprimir las emociones negativas puede tener repercusiones desastrosas en nuestro cuerpo y nuestra mente, como el estrés, trastornos digestivos o incluso provocar trastornos como la ansiedad o la depresión. Aquí te dejo un artículo sobre el impacto de reprimir las emociones. Es por eso que dentro de lo posible, busca no reprimir ninguna emoción.
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Racionalizar y aceptar: Si bien estamos un paso más cerca, la aceptación implica seguir alimentando esta emoción negativa, encontrando una justificación “racional” por lo que sigue dejando cierta huella en nosotros.
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Soltar y dejarlo ir: Sin duda alguna, esta solución es la ideal a la hora de alquimizar las emociones reactivas, pero también es la más difícil. La filosofía budista nos brinda una llave poderosa a la hora de atravesar este trabajo, y es que todo en la vida es pasajero, desde lo más doloroso hasta lo más placentero. Con esta idea, si atraviesas una emoción negativa que no has expresado y quieres soltar, respira profundamente y con la exhalación visualiza como deja tu cuerpo. Repítelo un par de veces y no te preocupes, ocúpate con la siguiente tarea.
Conclusión
La mejor forma de provocar un cambio en tu entorno es que ese cambio venga de dentro. Desarrollar la habilidad de no reaccionar ante nuestros impulsos internos cambia la energía dentro de nosotros y, automáticamente, modifica la frecuencia de nuestro entorno. Cuando logramos mantener la calma y el control, influimos positivamente en quienes nos rodean, creando un ambiente más armonioso y menos reactivo.
La Libreta MELE: La herramienta ideal para desarrollar auto-disciplina
Desarrollar la autodisciplina requiere práctica y herramientas adecuadas. La libreta MELE puede ser tu aliada perfecta en este viaje. Esta libreta guiada está diseñada para ayudarte a formar hábitos saludables y a conectar con tu propósito a través de la Meditación, el Ejercicio, la Lectura y la Escritura. Cada día, dedica un tiempo a escribir sobre tus impulsos y tus respuestas a ellos, reflexionando sobre cómo puedes mejorar. Utiliza los espacios dedicados a planificar tu día y establecer tus prioridades, asegurándote de incluir momentos de pausa y reflexión.
Al integrar la libreta MELE en tu rutina diaria, podrás:
- Identificar tus impulsos y patrones de reacción.
- Respirar y hacer pausas conscientes mediante meditaciones guiadas.
- Dejar ir el estrés y las tensiones a través de ejercicios de escritura y gratitud.
Al practicar estos pasos regularmente, verás una transformación significativa en tu capacidad para manejar tus impulsos y en la calidad de tus interacciones. La libreta MELE te proporciona el soporte necesario para mantenerte enfocado y equilibrado, permitiéndote vivir con mayor autodisciplina y paz interior.
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