La mente no duerme, solo cambia de ritmo
Cuando te vas a dormir, tu cuerpo descansa… pero tu mente no desaparece. Entra en una danza distinta, una más sutil y silenciosa. Y aunque el mundo externo se apague, lo último que piensas antes de dormir suele quedarse rondando tu mente, como un eco que viaja contigo al día siguiente.
Neurocientíficamente, esto tiene sentido: durante el sueño, el cerebro consolida memorias, procesa emociones y organiza ideas. Los pensamientos que tenemos justo antes de dormir pueden tener un peso mayor en esta reorganización nocturna. Es decir, si te duermes en medio de la preocupación, probablemente despiertes con ansiedad. Pero si cierras el día con gratitud o reflexión, es más probable que empieces el siguiente con claridad.
El ciclo invisible de la mente
En muchas tradiciones de sabiduría, se dice que el día no empieza cuando abres los ojos, sino cuando los cierras la noche anterior. Tu estado mental antes de dormir no solo influye en la calidad de tu descanso, también moldea tu energía al despertar.
En lugar de terminar el día de forma automática —revisando el celular, repasando pendientes o dejándote llevar por el agotamiento—, puedes convertir ese momento en un ritual de transición. Un espacio para observar, integrar y soltar.
Lo que te dices al final del día, se convierte en la semilla de lo que sentirás mañana.
Cierra con intención, no con inercia
Cambiar este pequeño hábito transforma tu relación con el descanso y la conciencia. No se trata de forzar pensamientos positivos ni de evitar lo que duele, sino de dirigir tu atención de forma compasiva y deliberada.
Pregúntate:
- ¿Cómo quiero sentirme al despertar mañana?
- ¿Qué emoción, palabra o imagen quiero llevarme al sueño?
- ¿Qué necesito soltar para descansar de verdad?
Tal vez la respuesta no llegue de inmediato, pero la práctica constante entrena a tu mente a encontrar una pausa entre el cansancio y la reacción.
Micropráctica MELE para antes de dormir
Esta noche, antes de cerrar los ojos:
- Escribe una línea en tu libreta MELEsobre algo que quieras agradecer, soltar o sembrar para mañana.
- Respira profundamente tres veces.
- Repite internamente: “Mañana empieza aquí.”
Este simple acto de presencia puede ser el primer paso para transformar tus mañanas.
Entrena tu mente para descansar con intención.
En la app de MELE encontrarás meditaciones nocturnas, ejercicios de gratitud y escritura consciente para cerrar el día con calma.
Descárgala gratis y empieza esta noche.