Ver con claridad: el arte de soltar el juicio

Ver con claridad: el arte de soltar el juicio

¿Y si no necesitas cambiar nada?

Imagina que estás en medio de tu práctica de meditación. Cierras los ojos, respiras profundo... y a los pocos segundos ya estás evaluando: “mi mente está muy inquieta”, “esto no está funcionando”, “no lo estoy haciendo bien”.

Sin darte cuenta, dejaste de meditar y empezaste a juzgar.

Y es que muchas veces no es la falta de tiempo, motivación o energía lo que interrumpe nuestros hábitos. Es el juicio. Esa voz interna que clasifica todo lo que haces como suficiente o insuficiente. Esa lupa que en lugar de ayudarte a ver mejor, te hace olvidar que observar también es un acto de presencia.

El juicio no es conciencia

Uno de los errores más comunes al comenzar a meditar o escribir es pensar que observarse es lo mismo que tener una opinión sobre todo lo que pasa. Pero no es así.

Desde la perspectiva del yoga, observar no significa intervenir. Significa mirar con neutralidad, sin corregir, sin anticipar, sin etiquetar lo que sientes como “bueno” o “malo.” A esta cualidad de presencia se le conoce como sakshi: el testigo silencioso que habita sin modificar lo que ocurre.

Practicar sakshi es abrir espacio para la experiencia completa, sin añadir filtros. Porque el juicio no es claridad: es un filtro que distorsiona. Cuando observas sin juicio, lo que antes parecía un error se convierte en información. Lo que dolía, en mensaje. Lo que evitabas, en aprendizaje.

El juicio sabotea la constancia

Quizás esto te suene familiar:

  • “Hoy no medité bien.”
  • “No pude concentrarme en nada.”
  • “No tengo la disciplina suficiente.”

Estas frases son más que autocrítica: son interrupciones. Nos desconectan del valor del proceso y nos anclan a un ideal inalcanzable. Y cuando la práctica se vuelve sinónimo de frustración, es más fácil abandonarla.

Pero si aprendes a observar sin evaluar, descubres algo poderoso: puedes mantener el hábito, incluso cuando no sale perfecto. Y en esa constancia, se revela el cambio real.

Observar sin juicio es una forma de autocuidado

Neurocientíficamente, observar lo que sentimos con curiosidad en lugar de con crítica reduce la actividad de la amígdala, la zona del cerebro asociada con el estrés y la amenaza. Esto permite que el sistema nervioso se regule y que experimentemos mayor bienestar emocional .

Desde ahí, observar sin juicio no es una meta filosófica lejana, sino una herramienta concreta para vivir con más calma, claridad y compasión.

Práctica MELE: un minuto de presencia

Tómate un momento hoy para hacer una pausa consciente. No necesitas cambiar nada. Solo observa.

  • ¿Qué pensamientos hay?
  • ¿Qué siente tu cuerpo?
  • ¿Qué emociones están presentes?

Y mientras lo haces, repítete internamente:

“Esto también está bien.”

Respira. Habitarte sin juicio también es una forma de cuidarte.

La transformación empieza cuando dejas de resistirte

Observar sin juicio no es rendirse, es liberarse. Es abrir un espacio en el que puedes simplemente ser, sin corregirte, sin exigirte, sin necesitar otra versión de ti. Porque a veces, la transformación no ocurre cuando haces más, sino cuando dejas de resistirte a lo que ya es.

Si quieres cultivar esta mirada más amable hacia ti y tu proceso, la app de MELE puede acompañarte. Con prácticas de escritura, meditación, lectura y movimiento, te ayuda a crear un espacio interno donde puedas simplemente observar… y estar.

Descárgala hoy y empieza a entrenar.

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