Si no lo hago perfecto, mejor no lo hago.
¿Te suena? Es una trampa común. El síndrome del “todo o nada” aparece cuando creemos que solo vale la pena hacer algo si lo hacemos al 100%. Pero esta mentalidad, lejos de impulsarnos, suele dejarnos paralizados.
En el mundo de los hábitos, este enfoque es un saboteador silencioso. Porque la constancia no se construye desde la perfección, sino desde lo posible.
El mito del 100%
Vivimos en una cultura que premia el exceso: la rutina perfecta, la productividad constante, el cuerpo ideal, la mente sin distracciones. Y cuando no alcanzamos esa versión “ideal”, sentimos que fallamos.
Este pensamiento binario —o lo hago perfecto o no lo hago— nos lleva a abandonar. No meditaste hoy por la mañana, entonces ya no lo haces en todo el día. No cumpliste tu rutina completa, entonces ya no haces nada. Esto no es disciplina. Es autoexigencia disfrazada.
La clave está en reconocer que hacer algo, aunque sea menos de lo planeado, sigue siendo mejor que no hacer nada.
Crea un sistema, no un ideal
James Clear lo llama “mínimo viable”. En lugar de aspirar a la versión ideal de tu hábito, diseña la versión más pequeña posible. Esa que puedas cumplir incluso en tus días más caóticos.
- ¿No puedes hacer 30 minutos de yoga? Haz 5 estiramientos.
- ¿No tienes energía para leer 1 capítulo? Lee una página.
- ¿No puedes escribir una hoja entera? Escribe una frase.
Lo importante no es cuánto haces, sino que mantengas el ritmo. La acción mínima mantiene vivo el hábito. Evita el ciclo de abandono y reinicio constante.
Práctica para hoy
Al final del día, si no lograste hacer tu rutina completa, pregúntate:
- ¿Qué versión más sencilla de esto puedo hacer ahora?
- ¿Cuál es la acción más pequeña que mantendría este hábito vivo?
Diseña tu rutina
La constancia no nace de la motivación ni de la exigencia. Nace de la claridad y del diseño. Por eso en MELE creemos que crear hábitos sostenibles es un acto de autocuidado, no de perfección.
La libreta MELE está diseñada para ayudarte a formar hábitos incluso cuando no tienes ganas. Con espacio para planear tu día, reflexionar por la noche y mantener el rumbo… aunque sea con un paso pequeño.
Encuentra la tuya en mele.mx
